PESADILLAS EN LOS NIÑOS


No hay nada más envidiable que la placidez con la que duermen los niños. Pero llega una noche en que nuestros engreídos despiertan llorando por obra y gracia de las siempre temidas pesadillas.
Las pesadillas en los niños representan la manera simbólica a través de la cual el niño representa un conflicto que no puede manejar y que le genera tensión o temor.
"Pueden aparecer a partir de los 18 meses y son más comunes en los niños de tres a seis años de edad, pues en la medida que los niños van creciendo, se agudizan ciertos temores y estos pueden transferirse a los sueños". Explica la psicóloga Sandra Grandez.
Las pesadillas en los niños están relacionadas con miedos: temor a la oscuridad, a las sombras, a monstruos o fantasmas.
La psicóloga Teresa Díaz indica que las pesadillas también aparecen cuando los niños atraviesan etapas críticas generadas por situaciones externas como separaciones, terremotos, viajes, operaciones. Ella recomienda a los padres acercarse a sus hijos, infundirles seguridad y escucharlos para ayudarlos a superar sus pesadillas. Si persisten y la angustia invade o limita la vida del niño, será mejor buscar ayuda especializada.

Atiéndalo: Si su hijo despierta por una pesadilla, atiéndalo. Mantenga la calma y brinde confianza y alivio. Dígale que solo fue un sueño feo y quédese con él o ella hasta que se duerma. Durante el día hable con ellos sobre la pesadilla e incentívelos a darle un final feliz.

Recurrentes: Este tipo de pesadillas tienen que ver con una intensidad de emociones que el niño no puede procesar o descargar durante el día, y en la noche, momento en que bajan los controles, se expresan simbólicamente a modo de sueños feos.

Emociones Encontradas: En algunos niños, los sueños feos expresan la angustia que les genera sentir algo negativo por alguien que quieren o cuando se sienten inseguros (el sueño del ladrón que entra en la casa).

0 comentarios:

Publicar un comentario